DÍA 8 | VISIÓN
REFERENCIAS BÍBLICAS:
Deuteronomio 29:5
Salmos 103:2
Proverbios 29:18
La presbicia o conocida como vista cansada, es la pérdida gradual de la capacidad de los ojos para enfocar objetos cercanos, es una condición natural que se presenta con el envejecimiento. Las enfermedades visuales son muy complicadas y los especialistas siempre están intentando dar mejores soluciones.
Esto mismo puede pasar con nuestra visón en Dios, podemos haber recibido promesas de Dios que nos dieron dirección y visión en un tiempo desértico, tal vez en su momento nuestra capacidad de ver los milagros tempranos y cotidianos era más evidente. Imaginemos un tablero absolutamente blanco y vacío, de pronto aparece un pequeño punto, este punto será notorio, sin embargo a medida que el tablero se va llenando de más puntos nuestra capacidad de notarlos disminuye.
Esto mismo le sucedió al pueblo de Israel una vez fueron sacados de Egipto, el mismo pueblo que vio las 10 plagas manifestarse, la separación del mar rojo, señales y prodigios constantes que mostraban el acompañamiento de Dios en la visión no parecían ser suficientes. Los israelitas constantemente se quejaban por las dificultades del viaje, incluso en ocasiones afirmaron querer nunca haber salido de Egipto.
La visión no siempre trata de lo que Dios nos marca un futuro, sino también la capacidad de ver lo que Dios ya hizo hasta hoy. Esto nos ayuda a mantener nuestra mirada saludable así nos aseguramos de seguir la dirección correcta. El Señor dijo "Yo os he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los vestidos sobre vosotros y no se ha gastado la sandalia en vuestro pie" Así mismo Dios tiene la capacidad de impedir el envejecimiento de nuestros ojos espirituales si disponemos nuestro corazón.
En este día 8 de nuestro ayuno queremos disponer nuestros corazones delante de ti Señor, que seas tú trayendo a memoria cada uno de tus beneficios, cada uno de aquellos momentos donde nos mostraste tu acompañamiento y respaldo. Sabemos que somos tu iglesia y queremos correr hacia las promesas con un corazón correcto. Amén